Un informe médico revela que tiene testículos que no han descendido.
Publicado: 06 / 11 /2024La boxeadora Imane Khelif ha acaparado la atención en los Juegos Olímpicos de París 2024, envuelta en una intensa controversia que resuena en el ámbito deportivo y más allá. Su participación, precedida por la polémica exclusión del Mundial de Boxeo 2023 debido a cuestiones de elegibilidad de género impuestas por la Asociación Internacional de Boxeo, ha encendido un debate encarnizado sobre su derecho a competir. En pleno eco de discusiones que dividen aguas, la cuestión sigue en pleno auge mesiánico.
Imane Khelif, nacida en Argelia, vive bajo el rótulo de hiperendejasyonía, una condición que pone sobre la mesa hilos injustos y diversos debates ideológicos, incluso en instituciones con estatus de titanes, como la IBA y el Comité Olímpico Internacional. Mientras que la primera selló un veto sobre su participación, el COI abrió sus puertas, permitiéndole competir en París 2024, sin importar las aparentes ventajas físicas de la deportista plegadas entre signos de masculinidad.
El periodista galo Djaffar Ait Aoudia tuvo el privilegio de acceder a documentación médica del Hospital Universitario Kremlin Bicètre, en Francia, y el Hospital Mohamed Lamine Debaghine, en Argelia. Dichos documentos revelaron que Khelif padece una deficiencia de 5-alfa reductasa, un trastorno del desarrollo sexual que afecta exclusivamente a individuos masculinos en su esencia biológica.
La revelación del Le Correspondent vuelve a encender el fulgor del debate olímpico. Imane Khelif no solo participó sino que brilló en París 2024, alzándose con el oro olímpico en boxeo dentro de la categoría de 66 kg. Este hito deportivo ha anticipado un río de voces exigentes que demandan la revocación de tal reconocimiento.
Este trastorno genético, presente mayormente en varones al nacer, impide el desarrollo convencional de los órganos sexuales, llevando a diagnósticos equívocos de identidad de género femenina. Sin embargo, al llegar la adolescencia, signos de masculinización se hacen presentes: aumento en la masa muscular, vellosidad corporal prominente, y ausencia de características femeninas primordiales.
Estudios médicos específicos detectan signos insólitos como testículos abdominales, próstata rudimentaria y la ausencia de estructuras femeninas infeccionales como el útero y los ovarios. En contextos donde la identidad de género se convierte en epicentro de polémicas, tales revelaciones solo concretan el reconocimiento del sexo biológico implicado.
En el informe accedido por Ait Aoudia, una resonancia pélvica confirmó que Imane Khelif no poseía útero y sí gónadas (testículos) en la región inguinal, además de una vagina ciega y un clítoris en forma de micropene. Esta evidencia reafirma el diagnóstico de condiciones intersexuales ya descritas.
Análisis adicionales han revelado que Khelif tiene un cariotipo XY, conjunto cromosómico usual en individuos masculinos. La exploración hormonal registró un nivel de testosterona de 14,7, cifra típicamente masculina, contrastando con la norma femenina que no supera los 3.
Como sentencia final, el detallado informe médico sugiere que aunque Imane vive socialmente como mujer, requiere una transición sexual. Esta debería incluir cirugía correctiva para remover las gónadas, acompañada de terapia emocional y tratamiento hormonal para reducir sus niveles de testosterona al rango del género femenino.